A menudo encuentras lugares especiales. Algunos, lo son tanto, que en algún momento de tu vida, te has referido a ellos como "tu segunda casa". Apuesto a que más de uno en este momento, está recordando, al menos, uno de esos lugares.
A lo largo de mi corta vida, he tenido el placer de encontrar esos pequeños "trocitos de hogar" fuera de mi casa. Uno de ellos, es "El Cafè de les Paraules".
Hace casi dos años, caminando hacia mi antigua oficina me llamó mucho la atención un bar que hacía esquina y que tenía escrito su nombre en letras blancas sobre fondo negro, y, no sé, me transmitió buenas vibraciones (quiénes me conocéis sabéis que me guío por ellas en un 80% o más...) En aquel instante pensé, "Qué nombre tan bonito para un bar" "Tengo que ir algún día a tomarme un café"...Lamentablemente el tiempo pasa muy rápido y finalmente me mudé y nunca llegué a ir.
Por aquellas "casualidades de la vida" (no creo en ellas), nos mudamos de oficina y, cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que estábamos muy cerquita de aquel bar con ese nombre tan bonito.
El segundo día de trabajo por fin, me cogí mi librito, y me fuí allí a tomar un café, y ... una vez más mis sensaciones fueron muy acertadas. Me pedí un café con leche y empecé a observar el local.
Las paredes eran negras y de ladrillo visto que le daban un aspecto antiguo. Había cuadros con fotografías en blanco y negro, paisajes, personas, objetos y una fotografía de un cuerpo femenino, una foto sublime sin duda. Es de una sencillez asombrosa, precisamente eso es lo que hace que me guste tanto, es frágil, sutil, sugerente...en definitiva es una imagen preciosa. Las lámparas son antiguas, su luz tenue invita a permanecer en ese lugar tan acogedor. Las mesas, tienen fotografías en blanco y negro, sobre algunas de ellas se pueden leer versos de escritores famosos (las que están firmadas), y también versos maravillosos que no están firmados y cuya autora es Sandra. Música ambiente, habitualmente jazz, y según cómo, hace que me sienta en una película de Woody Allen, ya que las más de las veces, nuestras conversaciones son de lo más surrealistas y si esto lo unes a la música, ya tienes la escena. Y por último, el diván que hay al fondo, ese diván es lo mejor cuando quieres un poco de tranquilidad y aprovechar para desconectar del mundo.
Aparte de lo acogedor que resulta el local, están las artífices y creadoras, Karma y Sandra, fotógrafa y escritora (si no me equivoco), y por supuesto Cinta, además de la nueva incorporación, Maritxu, que prepara unas ensaladas riquísimas...así como el resto de la carta aún por descubrir...Todas son encantadoras, es algo que se ve desde el primer día, te atienden con una sonrisa en la cara, se acuerdan de lo que sueles pedir, siempre procuran cuidarte y además son superpacientes, porque normalmente les movemos el mobiliario, o nos movemos nosotros de mesa a la hora del café ya que cada vez somos más y ahora ya dos mesas no nos llegan!!
En fin, como véis es un rinconcito muy acogedor, al que vamos siempre a tomar café desde el día que fuimos por primera vez, allá por el mes de febrero, y espero que siga así porque es mi hora preferida del día y además hacen unos capuccinos que...como decirlo son como un trocito de cielo!!
Por todo esto y más que podría escribir, se merecen mención en El mundo a mi medida, ya que si este mundo fuese real sin duda, yo misma habría incluido un Cafè de les Paraules.
Gracias por crearlo, y enhorabuena, supongo que vuestro objetivo era crear un lugar a vuestro gusto y conseguir que la gente se sintiese como en casa.
Para los que no lo conocen:
El Cafè de les Paraules
Café y Arte
Avda. Josep Tarradellas, 92
08029 - Barcelona
Espero que os guste.
Biquiños,
L.