jueves, 21 de abril de 2011

Mi pequeño-gran hotel

Hace años hablando con una buena amiga le expliqué que en mi corazón había muchas personas y muchos lugares, para entendernos, es como si fuera un hotel en el que cada persona y lugar disfrutan de una habitación propia.

He vivido en 12 casas diferentes a lo largo de mi vida, entendiendo vivir como períodos largos de la vida de una persona, me he mudado mínimo 12 veces, he vivido con mi familia, luego con mi familia dividida, luego con familia ajena, luego con compañer@s de piso y luego en pareja.

He vivido en varias comunidades autónomas, en diferentes provincias dentro de la misma, y dentro de una ciudad en diferentes barrios. Esto me ha aportado multitud de experiencias distintas y multitud de personas con caracteres muy diferentes.

La pregunta es, ¿cómo almacenas esas experiencias? ¿cómo guardas a personas que has conocido y que quieres mantener contigo, aunque por razones de distancia obvias no puedes tenerlas cerquita? Mi respuesta, me llevo todo lo que he vivido y quiero conservar bien guardadito en el corazón. Fisícamente no es muy grande sin embargo es súper elástico y en él puedes compartimentar todo lo que quieras.

Por ejemplo, yo tengo una habitación para cada persona y para cada lugar que quiero llevarme siempre conmigo. Cada habitación tiene unas características propias acordes con su inquilino (hay hasta propietarios), la decoración depende de los gustos, aficiones de esas personas y el tamaño de la misma depende del tiempo que lleven y de lo que se hayan ganado. Hay habitaciones espectaculares, hay habitaciones más modestitas, las hay con más y menos muebles, más grandes y más pequeñas y todo depende de las historias vividas con ellos. Cuando conozco a alguien interesante le alquilo una habitación y el tiempo y la experiencia serán las que entregarán las llaves definitivas o retirarán el uso de las instalaciones.

Este pequeño-gran hotel es un lugar confortable donde procuro mimar a mis huéspedes y ponerles bomboncitos en la almohada por las mañanas :) pero a veces, hay terremotos que no se pueden evitar y ... los muebles se caen, algunos se rompen y se producen grietas en las paredes. Es inevitable, la propia vida va poniendo a prueba la resistencia de ese edificio y en particular la de sus habitaciones, a veces se consigue reparar completamente, tirar muebles antiguos y sustituirlos por unos nuevos; otras, los estragos son tan grandes que se convierten en irreparables y las personas se ven obligadas a recoger su maletita y a dejar la habitación. Sus muebles buenos, son aprovechados, pero la habitación queda libre y vacía por algún tiempo. Hay terremotos que pueden destrozarlo todo y en esos casos, hay que tomarse todo el tiempo necesario para redecorar esas habitaciones y que vuelvan a estar libres para nuevos inquilinos.

También hay diferentes salones para las ocasiones especiales, donde coinciden muchos de mis inquilinos, se conocen entre sí, hacen fiestas, comidas y cenas y hasta hemos celebrado algún que otro baile. Esos días, ¡todo se alborota! es como la cocina de palacio de los cuentos de hadas, todo el mundo volcado con los preparativos del gran baile anual, eso sí, aquí se viene sin máscaras, están prohibidísimas.

Es genial, es tan grande que tiene unos pasillos hacia un almacén de imágenes y espacios infinitos que está dentro de mi cabeza, y ahí van a parar todos los buenos recuerdos, las historias más antiguas y los viejos muebles que sigo queriendo conservar. También hay grandes praderas verdes y cielos azulados para despejar, caminar y correr con libertad cuando el corazón comienza a oprimirse un poco. Además hay gente que lleva toda una vida conmigo y claro sus cosas no caben todas en una habitación :) Necesitamos más espacio para guardar, afortunadamente, intentamos clasificar y guardar sólo lo bueno, lo malo solemos expulsarlo de diferentes maneras, la más habitual, a través de unos toboganes que van hacia los ojos y bajan por las mejillas convertidos en agua; en ocasiones también utilizamos otros métodos, el del grito, el de la fuerza, el de la tenacidad, el del cansancio y algunos alternativos.

También existe una música ambiental diferente para cada habitación, cada una asociada a la persona y/o lugar que la ocupa y por supuesto, asociada también a mi relación con ellos. Un color, un olor, un tacto especial y todo bien ordenadito para que todos se sientan cómodos y se pueda aprovechar mejor el espacio.

Hay mucha ocupación, pero siempre hay sitio para nuevos amigos y lugares, puede que al inicio sólo tengan un rincón, sólo un alquiler temporal o sólo les esté permitido tomar algo en la cafetería, pero quien sabe, currándoselo a lo mejor consiguen una habitación :).

Bienvenidos a mi pequeño-gran hotel!

L.


3 comentarios:

Miriam dijo...

Preciosa entrada :) me pregunto qué clase de habitación tengo yo en tu hotel particular ^_^ Un beso mi niña! (P.D. tenemos una excursión pendiente no te olvides ;-)

Unknown dijo...

Ay Mir!! Imagínatela, tiene muchos colores, y una pared con un vinilo de mariquitas subiendo por la pared ;) Tb. hay un gatito y tienes un taller para tus manualidades :)

Muas!!

L.

PD. No me olvido maca, pero aún no puedo caminar, espero que en breve pueda estar para hacer la ruta!!

Anónimo dijo...

¡Me encanta tu hotel!, yo también quiero una habitación en él. Muy chulo el post y muy bien escrito. Un beso GRANDE!!!

MC.